NADA

Era un pobre diablo que siempre venía cerca de un gran pueblo donde yo vivía; Joven, rubio y flaco, sucio y mal vestido, siempre cabizbajo...¡Tal vez un perdido!
Un día de invierno lo encontraron muerto dentro de un arroyo próximo a mi huerto, varios cazadores que con sus lebreles cantando marchaban. Entre sus papeles no encontraron nada. Los jueces de turno hicieron preguntas al guardián nocturno: éste no sabía nada del extinto; ni el vecino Pérez, ni el vecino Pinto.
Una chica dijo que seria un loco o algún vagabundo que comía poco, Y un chusco que oía las conversaciones se tentó de risa. ¡Vaya unos simplones
Una paletada le echó el panteonero; luego líoun cigarro, se caló el sombrero y enprendió la vuelta. Tras la paletada nadie dijo nada, nadie dijo nada
(De "Alma Chilena, 1912)
Carlos Pezoa Véliz