ANWANDTER
CLAVES PARA UN MONÓLOGO DE DOS
Caminábamos oscuros por la noche
sola de la mano de unos versos que cosían la boca
con un par de puntos a favor del silencio -un juego de palabras-, la lengua se hacía un nudo de hilo, para enredar la metáfora de esas citas nocturnas que se llevaban a cabo en parques cuyos nombres convertíamos en claves o cruces para marcar el mapa de nuestros desaciertos.
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